miércoles, 17 de julio de 2013

PRIMERA VEZ (retales sueltos I)

Que me voy para no volver. Primeras emociones, primera noche.
El despertador se ríe de mi, marca las horas pasar lento.
El sueño no le apetece aparecer..
Tengo, siento miedo, me calmo y pienso. Mi mente está en blanco, quiere y no puede.
Mi sensación comienza a cambiar, siento que he encontrado el lugar,
que mis alas están desplegadas y que ya empiezo a volar, mis ilusiones también.
Un nuevo futuro me abre las puertas de par en par...
¡Quiero dormir! Las 3 de la mañana y los minutos pasan perezosos, ¿Qué ocurre?
No tengo nervios pero no duermo, decido poner música en mi reproductor... las canciones hablan por mi.
Se que me ocurre, el desamor regresa a su rincón predilecto desde hace más de 9 meses....La extraño ¿Qué debo hacer? Ahora no puedo decirle cada día "amor mio, te anhelo". Ahora tengo que luchar por mi vida, por sobrevivir o mejor dicho, vivir. Hacer la vida, establecerme para poder ofrecerle algo más que mis mil palabras de amor, que sienta que soy una mujer y no una niña...quizá así regrese para corresponder esto que siento y ese supuesto sentimiento que, de amor, aunque guarda para mi. Solo deseo su regreso, pero tengo miedo de volver a errar y tener que olvidar, dejar de amar... o al menos fingir que no lo siento. Lo que quiero es ver mi vida junto a la suya, vivir mi vida con su compañía, compartirla, darle o dedicársela; Pero después de tanto tiempo, de tanto sufrimiento y dolor, mi corazón sigue perdonando, amando y esperándola.
La luz de la vela está firme como lo que actualmente siento. Luz de vela, como no, fiel amante y compañera de los amante y poetas. La calidez de su llama saca todo sentimiento acumulado... comprendo entonces, por qué el mejor escritor es aquel que tiene pluma, papel y vela...
Al sueño no le apetece venir, los minutos continúan pasando y no se decide a entrar, se queda en la puerta retándome como un niño jugando ignorando las riñas de su madre.
Me toca pasar de página, me toca cambiar de libro porque en este ya estaban escritas hasta las esquinas.
No puedo tener miedo, ya me he tirado y solo me quedan dos opciones, caer en picado o batir las alas con todas mis fuerzas, recuperar mis sueños perdidos y, si puedo ser la chica de las manos de oro, lo seré.

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